Cuando te apetezca, vuelves.

Nuestra vida está compuesta de continuas bajadas y subidas de una montaña rusa. En la que cada caída está compuesta de vómitos y de miedos de llegar a perder algo.
A mí en la bajada siempre me da miedo perderte, lo que yo aún no sé es que te perdí cuando te decidiste ir, pero mi corazón te ha reservado un hueco para cuando vuelvas. Ese trocito te está esperando, y necesita aire para que respiren mis pulmones, porque te llevaste todo mi aliento. También te necesita para que le des el amor que un día me prometiste, a mí y a ti mismo. ¿Sueles romper promesas continuamente?
¿Intentas volver a romperme diciéndome cosas como 'te quiero' o 'te necesito'? Yo no sé como puedo confiar aún en ti, darte todo lo que te puedo dar, pero tú no sabes valorar después de todo. Posiblemente haga todo esto porque mi memoria te recuerda como alguien que me quería, no puedo renunciar a aquello a lo que siempre estuve aferrada, no puedo renunciar, entiéndeme. No me apetece renunciar a la parte más bonita que he tenido en mi vida, y tengo que impedir que mi memoria algún día te borre.
Aunque tú después de todo este tiempo me hayas demostrado que yo no te importo, yo impido asimilarlo, porque es superior a mí, no puedo con ello, y no quiero tenerlo en cuenta cuando te miro a los ojos, y me sonríes, porque cada vez que haces esto, mi memoria borra todo lo malo de ti y recuerda todos esos recuerdos que aún me quedan y que por nada se irán al pasado. Tú ellos ya ni siquiera existirán en tu propia mente, ni en tu corazón; has conocido a otras personas, que te han llenado cuando yo no pude hacerlo, me creí cobarde y me eché atrás, lo sé, ahora te estarás preguntando el por qué lo hice, pero que quieres que te diga, yo todavía no comprendo lo que hice y lo que no, me dejé llevar, y ahora he aprendido de que jamás se debe hacer eso, puedes acabar mal, peor de lo que puedes imaginar.