domingo, 6 de mayo de 2012

Levántame con un 'buenos días princesa'.

Gran parte de mi vida me he pasado coleccionando imágenes y momentos. Congelando cada instante que he podido estar a tu lado, analizándolo hasta dar del por qué no me quieres, del por qué tengo que sufrir cada instante que te veo con otra, y del por qué cada vez que te acercas a mí, el corazón me va a dos mil por hora. 
Son tantas preguntas que no hay respuestas, pero para ninguna, que es lo peor. Hay cosas que pasan porque sí, es el destino quien juega con nosotros, como si fuéramos piezas de un puzzle sin terminar, pero que es muy difícil averiguarlo. La vida es así, hoy por mí, mañana por ti. No intentemos predecir lo que nos espera mañana, vivamos el presente, disfrutemos de los recuerdos, pero no vivamos en ello. El presente el nuestro, debemos aprovecharlo antes de que se convierta en el ayer, y no nos acordamos de nada. 

Quizá, quizá y quizá.

Quizá nunca llegues a entender por que te quiero, el por qué daría mi vida por ti, que si tú te tiras de un puente, yo contigo. Si tú saltas, yo salto, ¿recuerdas?
Son hechos los que demuestran que yo voy a estar cuando hayas caído, cuando deberíamos querernos tal y como somos, y dejar atrás las diferencias y los defectos.
Quizá nunca me quieras con la misma fuerza con la que yo te quiero ahora, quizá nunca llegarás a comprender el por qué nunca te voy a olvidar; marcaste en mi corazón, llegaste hasta tal punto que cuando te fuiste me hiciste pedazos, me dejaste destrozada, rota. El caso es que por más que me hagas daño aún te quiero más, te quiero más que ayer, y menos que mañana.